jueves, septiembre 21, 2006

LAGO DEL OESTE DE HANGZHOU

Sin descansar demasiado por la psicosis de compartir la habitación con ciertos bichillos rastreros, nos levantamos tempranito para aprovechar el día ya que por la tarde teníamos la intención de irnos hacia Suzhou.

Cerca del Lago del Oeste, se encontraba el Youth Hostel por lo que decidimos acercarnos allí para solicitar alguna información sobre la ciudad y sobre cómo sacar los billetes de autobús para Suzhou. Normalmente en todos los Youth Hostel se habla inglés y además tienen bastante información útil (en nuestro hotel no hablaban ni papa de inglés, utilizaban un programa informático para hacer traducciones). Decidimos ir dando un paseo porque según el plano no estaba lejos de nuestro hotel.

En el camino nos dimos cuenta que esta ciudad es bastante moderna, pasamos por calles llenas de restaurantes y pubs y de tiendas que no son fáciles de ver en España.

En el Youth Hostel conocimos a An Ching un chico de Taiwan que nos estuvo orientando sobre lo que hacer en Hangzhou, fue bastante amable, al día siguiente también iba para Suzhou así es que a lo mejor volvemos a verlo. En la recepción del albergue nos hicieron la reserva del Youth Hostel de Suzhou y además nos indicaron que no era necesario ir a la estación de autobuses para comprar los billetes sino que en cualquier oficina de correos se podía hacer ese trámite. Fuimos a comprar los billetes (65 yuanes por persona) y ya nos quedamos tranquilos porque teníamos hasta las 19.00 horas para visitar la ciudad.

Nos fuimos de cabeza al Lago del Oeste (muy cerca del Youth Hostel). En China hay 36 lagos llamados lago del Oeste pero el de Hangzhou es con diferencia el más famoso. El lago tiene 3 km de longitud y un poco menos de 3 km de anchura. Tiene varias islas que albergan diferentes monumentos de la ciudad como museos, jardines... Todo el lago se encuentra rodeado de jardines con distintos ambientes, pabellones, restaurantes, espacios de recreo... Realmente una maravilla, hay que decirlo los chinos en el tema de parques y jardines se llevan matrícula de honor.

Planos de ubicación en el parque


Vista sobre el lago







Es curioso pero hay grandes extensiones de cesped muy bien cuidadas pero que no pueden ser pisadas. Tienen espacios destinados al esparcimiento de las personas preparadas con banquitos y mesitas de piedra.




Cogimos una barquita eléctrica para darnos una vueltecilla por el lago, nuestra intención era recorrerlo entero pero el recorrido estaba limitado. Aún así teníamos unas vistas muy buenas de las islas, los jardines y la ciudad.


Después de tres horas recorriendo el parque, decidimos pillar un trenecito eléctrico para dar una vuelta entera al lago ya que a pie se necesitaria prácticamente un día para verlo tranquilamente. Nos ha gustado mucho, mucho.

Decidimos volver a la History Street, la de la noche anterior para comer y volver al hotel. Pero mira qué casualidad que en el camino nos encontramos con el Festival de la Comida China, vaya movidón habían montado allí. Mogollón de puestos de comida de todas las provincias de China y muy buen ambientillo.

Entrada al Festival


Delicias gastronómicas chinas

Pues después de tomarnos unos pinchitos y unas cervecillas, recogimos las maletas del hotel y para la estación de autobuses, en dos horitas y pico llegamos a Suzhou. El viaje estuvo amenizado por una peli china de pataditas y muertes crueles, muy crueles, no entendíamos nada pero no hacía falta, con identificar quienes eran los malos y quienes los buenos era suficiente.

Llegamos al albergue bastante cansados, el recepcionista llamado Xing Xing es un enamorado de España y está intentando en sus ratos libres aprender un poquito de español. Subimos a la habitación, una triple (litera y plegatín con el baño compartido) por 140 yuanes y antes de ir a dormir preguntamos a Xing Xing por alguna población cercana que mereciera la pena visitar y el nos recomendó visitar Tongli (en la Lonely Planet recomiendan visitar Zhouzhuang pero él nos dijo que era demasiado turística). Fijaros si al recepcionista le gusta España que una de las paredes de las salas comunes la ha decorado él mismo:

Éste no es Xing Xing...es César