jueves, septiembre 07, 2006

LLEGAMOS A BEIJING

Salimos el dia 6 de septiembre de madrugada a las 01.00 am, en Socibus para Madrid (17.5 euros solo ida por persona), tras 6 horas de viaje llegamos a las 07.00 am. De ahi, tomamos un taxi hacia la terminal 4 del aeropuerto por 30 euros (mas o menos). La terminal es impresionante y muy facil de manejar. A las 10.00 am sale el vuelo hacia Helsinki con parada tecnica en Estocolmo con las lineas aereas finlandesas (Finnair) y tras 6 horas de vuelo, a las 16.00 llegamos a Finlandia, en un Airbus A321 (lo mejor, la webcam del morro del avion que la conectan al despegar y en el aterrizaje, parece el Flight Simulator de Microsoft). A las 18.00 horas salimos en otro vuelo con destino a Beijing, el avion era mucho mas grande (un MD-11 de 296 pasajeros y tres motores) y ocho horas mas en el aire. Dormimos lo poco que pudimos y a las 7.00 am del dia 7 de septiembre llegamos a la capital de China. Un mundo aparte.

En la terminal del aeropuerto buscamos el "Airport Shuttle" desde donde salen los autobuses para el centro (junto a la puerta 13) y por 16 yuanes cada uno tomamos el autobus numero 2 con direccion a la zona de Xidan (el cambio esta dentro del aeropuerto a 1 euro=9,8 yuanes, nosotros para la conversion al precio en yuanes el quitamos un cero). Alli buscamos un taxi no oficial que nos clava 40 yuanes sin regatear (no nos recogia nadie porque la direccion del hostel no estaba clara y nos agarramos a un clavo ardiendo). Los taxis te cobran por la subida de bandera 10 yuanes y el mas caro de todos 2 yuanes por kilometro y estabamos como mucho uno de distancia).

Por fin en el Templeside Hostel, dentro de un antiguo Hutong (barrios antiguos de Beijing) donde nos recibe Bobby, el chino con el que reservamos desde Espania por internet. Muy atento. La habitacion muy acogedora y limpia, dejamos las cosas y a patear Beijing que es muy tempranos y queremos ver la plaza de Tiananmen. Como solo estamos a 3 km. decidimos ir a pata para hacernos el cuerpo.


Cerca del hostal entramos en un Templo budista con varios patios y salas de oracion. Muchos chinos rezando y quemando incienso en unos grandes inciensarios de metal, tambien habia muchos monjes pululando por alli.



Mas adelante entramos en la Biblioteca Nacional de Beijing (esto va por ti, Carmen), ni te lo imaginas, muchos jardines y unos edificios inmensos (con decir que tenian salas de lectura especiales para ciegos y discapacitados).
El caso es que camino de Tiananmen nos topamos con lo que parece la entrada a un parque, entramos y ya no salimos hasta por la tarde. Es inmenso, con un lago en el centro y repleto de templos y jardines chinos. Guapisimo. Se llama Parque de Beihai y se encuentra al noroeste de la Ciudad Prohibida. Toda la tarde paseando haciendonos con el Jetlag. En el centro del lago habia un isla con un templo llamado la Dagoda Blanca.



Como os podeis imaginar no llegamos a Tiananmen, estabamos demasiados cansados y decidimos regresar al hotel con un taxi. Esa noche cenamos en el restaurante Baguo Buyi (recomendado por la lonely planet, Dianmen Dongdaije 89-3). Por 140 yuanes comimos como reyes: botella de vino del pais, jiaozi (raviolis chinos), revuelto de setas chinas, noddles con verduras, ensalada de patatas, maiz y cacahuetes y algunas que otras cosillas mas. Todo estaba muy bueno pero muy, muy picante...pero que muy picante. Al final de la cena nos invitaron a un te de jazmin, que entro muy bien despues de la comilona y el picante.



Para bajar la comida retomamos la idea de ir a Tiananmen andando, eran las 9.30 de la noche, todo estaba muy solitario comparado con el bullicio del dia pero nos sentiamos muy seguros. Llegamos a un bulevar donde habia mas animacion ya que habia grupos de personas bailando vals, cantando, jugando a las cartas...En definitiva, no llegamos tampoco a Tiananmen ya que nos encontramos de casualidad con el mercado nocturno de Donghuamen con muchos puestos de comidas variadas: pinchitos de escorpiones, estrellas de mar, pinchos de caballitos de mar, larvas de gusano crujientes, serpiente a la plancha...vamos una delicia para los paladares mas exigentes!!! El broche final lo puso el chino Barkly, pintor autodidacta que hablaba un poquito el espanyol. Quedamos para visitar su exposicion al dia siguiente.